Hoy seguimos con un poquito más de
historia de Madrid,
y hoy os quiero hablar de mi lugar favorito de esta ciudad, como seguro que
vosotros también tenéis el vuestro.
Mi lugar se encuentra situado justo
entre el Palacio Real y el Teatro Real, si justo ahí que hay una plaza rodeada
de jardines y estatuas de mármol a ambos lados en los paseos que hay.
Bueno
pues bien, esta es la Plaza de Oriente, en la cual se puede ver esa estatua
ecuestre, pedazo de estatua señores, de Felipe IV de la cual os voy a contar un
poquito el por qué, así a simple vista, no es una estatua cualquiera, pues tiene sus
sorpresas como los huevos kínder y nunca mejor dicho, porque la sorpresa está
en el interior.
La historia se remonta a
1630, Felipe IV quería una escultura a caballo en su honor, al igual que su
padre Felipe III, que se encuentra en la Plaza Mayor.
En primer lugar, para
empezar con esta obra el rey contó con la ayuda de Pietro Tacca, escultor
italiano.
Éste comenzó con sus bocetos, pero recibió una noticia de que el rey quería
aparecer representado en corveta, es decir, con el caballo apoyado sobre sus dos
patas traseras, algo que hasta el momento solo se había plasmado en pintura.
Esto suponía una dificultad importante, por lo que pidió ayuda al pintor
Velázquez, el cual le mandó varios bocetos al italiano para que se hiciera a la
idea.
Pero claro el problema era el peso de la estatua, tenía que ver cómo
equilibrar el peso del caballo y del jinete sin que se viniese abajo.
Para este dilema tan grande tuvo que
pedir ayuda al genio del momento, al astrónomo y físico Galileo Galilei.
Pronto
encontró la solución y le dijo lo que tenía que hacer, tenía que construir la
parte delantera de la obra de forma hueca y la trasera de forma sólida y
maciza, actuando de contrapeso. Con esta fórmula se logró la primera estatua en
corveta del mundo.
Pero aún así tuvo algún que otro problema, ya que el rey al
ver la estatua quedó tan disgustado por el poco parecido a su rostro que rápidamente pidió la elaboración de un nuevo busto, mientras
la obra se guardaba en el sótano del palacio.
En 1640, se acabó la obra. Vamos ya
me diréis vosotros que 10 años para hacer una estatua se dice pronto, ahora
dices hazme una estatua y en 6 meses la tienes y envuelta en papel de regalo.
Espero que os haya gustado y nada
para la siguiente, os contaremos más misterios e historias chulas de esta
nuestra querida ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario