Una de las ciudades que debe ser
incluida en nuestras rutas por el norte de España es Astorga. Se encuentra muy cerquita de León, a unos 51 km
aproximadamente (nada más que media horita de viaje) por lo que si os
encontráis cerca de la zona, no dudéis en acercaros.
En época romana, nació como campamento militar en el s. I a. C.
bajo el gobierno del emperador Augusto, con el objetivo de derrotar a los cántabros
y astures. Con el tiempo la Legio X Gemina terminó consolidándose como ciudad,
recibiendo el nombre de Conventus Asturum.
Un pequeño paseo por la ciudad y
pum! Hallaremos los restos arqueológicos
romanos: el foro, las termas, el
foso del campamento, la muralla… El museo romano pone a tu disposición una ruta
romana, para que no te pierdas nada!
La explotación minera del oro,
sobre todo en Las Médulas, hizo que despegase rápidamente la ciudad y recibiese
la denominación de “urbs magnifica” por parte de Plinio el Viejo.
La Sierra de las Médulas reflejan esta práctica: puedes observar la
cantidad de orificios que han quedado de dicha explotación mientras realizas a
pie o en bici diferentes rutas. Además, también puedes comprar productos
artesanales como miel en el pueblo.
La vía de la plata, gran
infraestructura de comunicación romana, se construyó para unir las ciudades de
Emérita Augusta (Mérida) con Astúrica Augusta (Astorga). Fue una vía utilizada
por los primeros peregrinos que iban hacia Santiago.
Astorga pasó a pertenecer a los
suevos durante las invasiones bárbaras en la Edad Media, y decayó en
importancia frente a León debido a los diferentes saqueos producidos en la
ciudad por parte de los visigodos. Fue Alfonso I quien recuperó la ciudad en la
reconquista, y se reconstruyó la ciudad.
La Catedral que hoy vemos tiene su base en los restos de una iglesia románica (XI-XIII) mandada construir por Alfonso VI y su mujer Constanza. Además, se cree que antes de la iglesia románica existió otro templo prerrománico. La iglesia gótica que hoy observamos (además de posteriores remodelaciones) comenzó en el s. XV.
El Palacio de Gaudí fue el Palacio episcopal de Astorga, que tras su
incendio en 1886, el obispo Joan Baptista Grau i Vallespinós encargó la
remodelación al arquitecto modernista Antonio Gaudí, siguiendo un estilo
neogótico, e intentando mezclar la idea de castillo y palacio, añadiendo un
foso.
Astorga constituyó un punto de
paso muy importante en el camino de Santiago en la Edad Media en el llamado
camino Francés, por lo que si te quedas en uno de sus albergues, no dudes en
visitar los monumentos, y refrescarte en su piscina municipal bien barata! Eso sí,
necesitas gorro de baño incluso en la piscina exterior ;)
Muchas veces cuando nos vamos de viaje, vemos que grandes
multitudes llenan los lugares, sin saber qué es lo que están celebrando.
Astorga realiza las fiestas de:
·
Carnaval en Febrero
·
Semana Santa, Marzo o Abril
·
Santa Marta, la patrona de la ciudad, última
semana de agosto,
·
La Zuiza donde se representa la Batalla de
Clavijo
·
Virgen de Castrotierra, romerías rogativas del
agua en el mes de junio,
·
y la fiesta de los Astures y Romanos a finales
de julio.
Astorga es la capital de la comarca
de la maragatería, ¡y no me vale que te marches de allí sin probar el cocido
maragato! Aunque estés en verano (sí, lo he probado en verano XD).
La característica principal es
que se come al revés: carnes, garbanzos patatas y verduras y luego la sopa, con
natillas de postre.
El mejor restaurante para comerlo
es el Restaurante Entrepiedras, en Castrillo de los Polvazares, un
pueblito precioso (construido todo con piedras, de ahí el nombre) muy cerca de
Astorga. Este verano, el hermano del dueño había colocado una serie de cuadros
y dibujos bastante llamativos, os aconsejo que los veáis si aún siguen ;)
No se conoce realmente el origen
de las mantecadas, aunque se cree que la receta pertenece a una monja del
convento de Sancti Spiritus.
Por otro lado, los hojaldres bañados en almíbar surgieron
en mediados del s. XX.
Es el único lugar que conozco (aún) que reúne chocolate azul, verde, amarillo,
rosa, ¡incluso naranja!
Yo creo que en otra vida fui maragata porque estas tierras me privan. Y el cocido no digamos. Saludos y besos.
ResponderEliminarEste cocido es de lo mejorcito! Y las natillas de postre ni te cuento...
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