Tras hacer un buen paréntesis de Alemania, hoy me he
decidido a hablaros de otra ciudad que visitamos y que nos encantó.
Heidelberg es una ciudad de la época medieval, lo podréis
apreciar en sus calles. Esta ciudad está situada en el valle del río Neckar, al noroeste de Baden-Wurtemberg. Nosotros para ir a cogimos un tren desde Frankfurt.
Lo más característico de la ciudad es su Universidad, puesto que es la más antigua
de Alemania, y la verdad que bastante bonita y digna de ver.
El Castillo
de Heidelberg también es muy conocido,
consta del Museo de la Farmacia, realmente sorprendente de ver; y también
contiene el Barril más grande, y cuando digo el más grande es así, tanto que
tienes unas escaleras y una pasarela para pasar por encima de él.
También
tienes unos jardines fabulosos en los que se puede pasear tranquilamente, y
cuyos jardines son el lugar idóneo para hacer
un reportaje de fotos de bodas, cosa que vimos bastante. Hay unas vistas
desde el castillo verdaderamente maravillosas.
Recomendación para cardíacos o personas que odian el deporte…la
subida al castillo es COMPLICADA, una cuesta arriba de infarto, imaginaros como
será que en mitad de la cuesta hay un banco para hacer un parón (nosotros
fuimos valientes y la subimos andando, pero mi padre casi se queda por el
camino), así para los más vaguetes deciros que podéis subir en teleférico.
En Heidelberg hay muchos más lugares de los que disfrutar como puede ser su antigua plaza Kornmarkt.
A medida que vayáis paseando por esta ciudad iréis descubriendo
edificios realmente asombrosos, de los que por desgracia no recuerdo el nombre
por ser para mí muy raros.
Así sin más, os dejo con la curiosidad y la intriga en alza
para que vayáis a visitar Heidelberg.
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