En Madrid, podemos disfrutar de numerosas zonas en las que comprar todo tipo de cosas, y que en estos tiempos de crisis podemos adquirir a un bajo coste, y siguen siendo buenos regalos.
Por ejemplo, la zona de ocio que han instalado en Goya, detrás de El Corte Inglés: aquí, a parte de un tiovivo y un trenecito para los más peques, han colocado una carpa en la que podemos encontrar tanto juguetes como adornos de navidad. Si queremos comprar bisutería, bolsos o gorritos, también podemos echar un vistazo en el mercadillo de los hippies, que está enfrente de esta zona y que aunque está todo el año abierto, es una buena forma de encontrar detalles.
En el centro de la ciudad, también tenemos el mercadillo de plaza de España, donde encontraremos tanto bisutería, ropa, complementos, como artesanía, así como el que está ubicado en la plaza Jacinto Benavente. Es un buen plan para ir por la tarde, y tomarte después un cafetito, o un chocolate caliente (recomendado los de la cafetería Valor en Callao ;) ).
Siguiendo con los mercadillos navideños que podemos ver en
España, hace dos años estuve en Pamplona de viaje con adolescentes, sí también
soy monitora, y todos los puentes de Diciembre desde hace 9 años me he ido de
viaje como adolescente y ahora como monitora. El caso que estuve allí y dando
un paseo por la ciudad anunciaban en carteles por las calles un mercadillo
navideño que se situaba en la plaza de toros.
Si esa que vemos en la tele cuando se corren los San
Fermines, que van por la calle Estafeta y desemboca en esa gran plaza de toros,
porque obviamente si hay un mercadillo, los toros cabida en ella no tienen, yo
hubiera salido por patas de allí. El caso es que hay que esperar un poquito de
cola para entrar porque tiene aforo limitado, está cubierto y se agradece
porque hace un montón de frío, que os voy a contar si en Madrid andamos por el
estilo.
Hay puestos para todos los gustos, desde comida típica de la
ciudad, artesanía, cosas de segunda mano, menaje del hogar, vamos que puedes
salir de allí con la casa equipada.
Yo cada vez que hago un viaje me
gusta llevarme algo de recuerdo, como a todo el mundo y sí, un imán para la
nevera me traje, pero había un puesto que me enamoró, lleno de marionetas
hechas con esponjas y con un simple guante.
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