En mi
escapada a Burgos, de regreso a Madrid, paramos en 2 ciudades con un cierto
encanto, una de ellas más conocida y
otra menos.
Comenzaré
hablando de Lerma, que está a unos 30 minutos de Burgos, es la menos
conocida de las que visitamos, por tamaño (y sin querer ofender) más que una
ciudad me pareció un pueblo. Tiene su encanto (o al menos para mí cada sitio
tiene su encanto). Es una ciudad amurallada de estilo medieval, y tanto que sí,
en las 2 ciudades que visitamos a mí me hicieron situarme en la época medieval.
En Lerma se puede disfrutar de la Iglesia
Colegial de San Pedro.
Continuando un hacia delante os encontrareis con la Plaza de Santa Clara, dónde está el Mirador de los Arcos, que cómo podéis
apreciar en la foto es debido a que hay varios arcos:
Un poquito más adelante daréis con la Plaza Mayor, dónde se puede disfrutar
del Parador de Turismo, que está
ubicado en el Palacio Ducal del Duque de
Lerma, podéis entrar al Parador a visitarlo, no os dicen nada y merece la
pena verlo.
Saliendo de
Lerma, a unos 20 minutos, hicimos parada en Aranda del Duero,
seguro que el nombre os suena muchísimo. Lo primero que fuimos a visitar fue el
río, el cual estaba totalmente desbordado.
Tras ver el río, vimos la Iglesia de San Juan Bautista, que es de
estilo gótico y contiene el Museo de
Arte Sacro, su campanario fue la primera torre defensiva de esta ciudad.
Lo
siguiente que visitamos fue la Iglesia
de Santa María la Real, iglesia también de estilo gótico, de la que destaca
su fachada, que cómo podéis observar es fantástica, y con ella acabó nuestra
visita a monumentos.
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